Subsidio a combustibles evita alzas y daños a la economía de los más vulnerables: es una inversión en paz social

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Santo Domingo

Las medidas tomadas por el Gobierno del presidente Luis Abinader para mantener congelados y comenzar a bajar los precios de los combustibles se han sostenido con firmeza, y han evitado que las alzas en el mercado internacional se tradujeran en incrementos dolorosos de los combustibles en República Dominicana; sin estos subsidios, los costos de los alimentos se hubiesen disparado mucho más. Luego de dedicar un poco menos de RD$ 13,000 millones en 2021, se destinaron cerca de RD$ 35,000 millones al subsidio de hidrocarburos en 2022, logrando de este modo controlar la inflación y favorecer la recuperación económica.

Este subsidio alcanzó el 100% del alza del mercado de los combustibles e impidió lo que podría haber sido una inflación superior al 20% anual, en lugar de un 7.83% al cierre del 2022 y ligeramente por debajo del cierre de 2021 (8.49%), El subsidio a los hidrocarburos afloja el impacto de la crisis en el poder adquisitivo de los más vulnerables y ayuda a la estabilidad económica para aumentar la producción y atraer inversiones.

El Gobierno, ante la crisis energética mundial y su impacto en la producción nacional, creó un fondo de RD$ 1,600 millones para subsidiar el precio de los principales fertilizantes al dispararse el costo de componentes como los fosfatos y la urea. Como el país no produce petróleo tiene que importarlo, siendo esta la causa de que la crisis energética en Europa haya causado que las gasolinas y el gasoil toparan niveles históricos de precios en 2022.

En medio de esta situación, tras disminuir el precio del petróleo ha quedado la impresión de que el mecanismo de subsidios a los combustibles es usado como excusa para no bajar el GLP, las gasolinas y el gasoil, que no son refinados en el país. Sin embargo, sin ese subsidio a los combustibles, los efectos serian un efecto alcista con un 20% de inflación.

Con este subsidio se evita daños mayores a la economía de los pobres y que el galón y demás productos de los carburantes sean más caros. Además, el Gobierno refuerza a los pobres con asistencia económica, bonogás, bonoluz y transporte barato.

La invasión de Ucrania por Rusia, que es el mayor exportador de petróleo y gas para los mercados mundiales, junto a las sanciones de represalia son la causa del alza del gas y el petróleo. Otros problemas causantes fueron la pandemia de coronavirus, los cierres intermitentes y crisis en la cadena de suministro, lo que ha provocado que, mientras antes del COVID-19 un barril de gasolina importada se cotizaba apenas en torno a US$15 por encima de un barril de petróleo crudo, en la actualidad este diferencial se encuentra por encima de los US$30, luego de alcanzar astronómicos niveles arriba de los US$50 a mitad del año pasado.

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